Período de Iniciación o Presocrático (siglos VI – V a. C.)
Este período es considerado el punto de partida de la filosofía occidental. Surge en las colonias griegas de Asia Menor, especialmente en Mileto, durante un momento de expansión comercial y cultural. Por primera vez, los seres humanos se atreven a explicar el origen del universo no con mitos ni dioses, sino con el uso de la razón.
Los primeros filósofos, conocidos como presocráticos, se enfocaron en la naturaleza (physis): ¿qué es lo que permanece detrás de todo lo que cambia? Esta pregunta dio lugar a teorías sobre un principio único o “arjé” que estaría en el origen de todas las cosas. Tales de Mileto propuso que era el agua; Anaximandro, lo indefinido o ápeiron; Heráclito, el fuego y el cambio constante; mientras que Parménides defendía lo opuesto: el ser es uno, eterno e inmutable.
Otros pensadores como Pitágoras aportaron una visión matemática del cosmos, y Demócrito elaboró una teoría atomista que anticipa ideas modernas sobre la materia. Aunque sus teorías eran distintas, todos compartían el deseo de encontrar un principio racional que explique el universo. Así, esta etapa marcó el paso de una visión mítica a una cosmovisión racional del mundo.
Regiones
Grecia jónica (Asia Menor), Magna Grecia (sur de Italia)
Principales Exponentes
Datos
Comienza alrededor del año 600 a. C.
Finaliza hacia el final del siglo V a. C., con la aparición de Sócrates.
Enfoque: explicación del cosmos (naturaleza).
Figuras clave: Tales, Anaximandro, Heráclito, Parménides, Pitágoras.
Biografias
Tales de Mileto (c. 624–546 a.C.)
Contexto histórico:
Vivió en Mileto, una ciudad griega en la costa jónica de Asia Menor, considerada el lugar de nacimiento de la filosofía occidental. Fue contemporáneo del florecimiento del comercio y la navegación, lo que influyó en su interés por la astronomía y la geometría.
Vida:
Fue considerado uno de los “Siete Sabios de Grecia”. No dejó escritos, y lo que se sabe de él proviene de autores posteriores como Aristóteles o Diógenes Laercio. Fue matemático, astrónomo, ingeniero y comerciante.
Pensamiento filosófico:
Fue el primero en buscar un principio racional (arjé) para explicar el origen del cosmos: el agua.
Consideraba que todo lo que existe procede del agua, ya que observaba que la vida depende de ella.
Introdujo una cosmovisión naturalista y no mitológica del universo.
Otros aportes:
Predijo un eclipse solar en el 585 a.C.
Usó proporciones geométricas para medir distancias y alturas (como la de las pirámides).
Introdujo conocimientos astronómicos y geométricos de Egipto y Babilonia a Grecia.
Legado:
Tales inauguró una tradición racional que marcó el inicio de la filosofía y la ciencia. Es el primer pensador que intentó explicar la naturaleza sin recurrir a los dioses.

Anaximandro de Mileto (c. 610–546 a.C.)
Contexto histórico:
Discípulo de Tales y también originario de Mileto. Vivió en un ambiente intelectual animado por la búsqueda de principios racionales de la naturaleza. Fue uno de los primeros filósofos en escribir una obra en prosa.
Vida:
Fue astrónomo, geógrafo y filósofo. Según la tradición, construyó uno de los primeros relojes solares (gnomon) y elaboró mapas del mundo y del cielo.
Pensamiento filosófico:
Su arjé no fue una sustancia concreta, sino el ápeiron, lo indefinido, eterno e inmortal.
El ápeiron es la fuente de todo y contiene todos los contrarios (frío/calor, seco/húmedo).
Explicó el surgimiento del cosmos como un proceso natural de separación de opuestos.
Creía que la Tierra flotaba en el centro del universo sin necesidad de apoyo, una idea revolucionaria.
Aportes científicos:
Elaboró uno de los primeros modelos cosmológicos racionales.
Sostenía que los seres vivos surgieron del barro y evolucionaron.
Obra:
Solo se conserva un fragmento conocido por Aristóteles y Teofrasto.
Legado:
Anaximandro fue el primero en hablar de un principio inmaterial e infinito, y en proponer leyes naturales. Anticipó ideas sobre la evolución y la cosmología
Anaxímenes de Mileto (c. 586–528 a.C.)
Contexto histórico:
Fue contemporáneo o discípulo de Anaximandro y el último gran pensador de la Escuela de Mileto.
Vida:
Poco se sabe con certeza. Fue autor de una obra en prosa también llamada Sobre la naturaleza, que se ha perdido.
Pensamiento filosófico:
Retornó a una sustancia concreta como principio del universo: el aire (aér).
Explicaba la diversidad del mundo mediante procesos de condensación y rarefacción:
Aire condensado → agua, tierra, piedra.
Aire enrarecido → fuego.
Sostenía que el alma era aire, y que como el aire sostiene al cuerpo, así también sostiene al universo.
Cosmología:
Imaginó la Tierra como un disco plano flotando en el aire.
Creía que los cuerpos celestes eran fuegos sostenidos por el aire.
Legado:
Anaxímenes combinó lo material con lo abstracto, manteniendo una idea naturalista y racional del universo. Fue un eslabón clave entre las ideas de Anaximandro y las filosofías posteriores.

Heráclito de Éfeso (c. 540–480 a.C.)
Contexto histórico:
Vivió en Éfeso, una ciudad jónica del Asia Menor. Fue un pensador solitario, con un carácter fuerte y crítico de otros filósofos. Aristócrata por nacimiento, despreciaba la ignorancia popular y también a los filósofos que lo precedieron.
Vida:
Fue conocido como “el Oscuro” por el estilo enigmático de sus escritos. Se dice que abandonó la vida pública para dedicarse a la contemplación filosófica. Escribió una obra titulada Sobre la naturaleza, que sólo ha llegado a nosotros en fragmentos.
Pensamiento filosófico:
La realidad está en constante cambio: panta rhei (“todo fluye”).
El principio (arjé) es el fuego, símbolo del cambio continuo.
La guerra o conflicto de opuestos es lo que mantiene el equilibrio del universo (ej. día/noche, vida/muerte).
Introdujo el concepto del logos: una razón universal que ordena el caos del mundo, aunque la mayoría no la comprende.
Rechazaba la idea de un mundo estático o inmutable.
Visión del alma y la ética:
El alma humana también está sujeta al cambio, pero puede llegar a comprender el logos si se disciplina.
Propuso una visión de sabiduría que exigía introspección y profundidad.
Legado:
Heráclito influyó en la dialéctica, el estoicismo y más adelante en filósofos como Hegel. Fue el gran defensor de la filosofía del cambio frente a Parménides, quien defendía lo opuesto.
Parménides de Elea (c. 515–450 a.C.)
Contexto histórico:
Fundador de la Escuela de Elea en el sur de Italia. Su pensamiento marcó una ruptura radical con los filósofos anteriores.
Vida:
Autor del poema filosófico Sobre la naturaleza, del que se conservan más de 100 versos. En él, relata un viaje místico en el que una diosa le revela la verdad sobre el ser.
Pensamiento filosófico:
Defiende la idea de un ser único, eterno, inmóvil e inmutable.
“El ser es y el no-ser no es.” Por tanto, el cambio, el movimiento y la multiplicidad son ilusiones de los sentidos.
Solo a través de la razón puede conocerse la verdad; los sentidos nos engañan.
Distingue entre dos vías del conocimiento:
La vía de la verdad (el ser, lo eterno).
La vía de la opinión (la realidad aparente, engañosa).
Importancia:
Parménides es considerado el padre de la ontología (el estudio del ser). Su influencia fue enorme en la filosofía griega, y Platón lo tuvo en alta estima.
Legado:
Su visión racionalista anticipa la filosofía idealista. Su negación del cambio sería luego cuestionada por los atomistas.

Demócrito de Abdera (c. 460–370 a.C.)
Contexto histórico:
Vivió en Abdera, ciudad de Tracia, y fue discípulo de Leucipo, con quien desarrolló la teoría atomista.
Vida:
Viajó extensamente (Egipto, Persia, India) y acumuló vastos conocimientos. Escribió numerosas obras (más de 70 según Diógenes Laercio), pero sólo se conservan fragmentos.
Pensamiento filosófico:
Todo está compuesto de átomos (partículas indivisibles, eternas) y vacío.
El movimiento de los átomos, al chocar y combinarse, forma todos los objetos y seres del universo.
No hay finalidad ni propósito divino en la naturaleza; todo se rige por leyes mecánicas.
El alma también está hecha de átomos y se disipa tras la muerte.
Epistemología:
Distinguía entre el conocimiento sensible (engañoso) y el conocimiento racional, que capta la estructura real de la realidad.
Ética:
La felicidad (eudaimonía) se logra a través del equilibrio interior, la moderación y el conocimiento.
Legado:
Demócrito fue un precursor del materialismo científico y de la física moderna. Aunque ignorado por Platón, su pensamiento fue retomado siglos después por Epicuro y Lucrecio.
Pitágoras de Samos (c. 570–495 a.C.)
Contexto histórico:
Nacido en Samos, viajó por Egipto y Babilonia donde adquirió conocimientos místicos y matemáticos. Fundó una comunidad filosófico-religiosa en Crotona (Italia), con normas estrictas de vida.
Vida:
Fue más un líder espiritual que un filósofo en sentido estricto. No dejó escritos, y sus enseñanzas fueron preservadas por sus discípulos. Su comunidad era secreta y basada en la disciplina, la armonía y la purificación del alma.
Pensamiento filosófico:
El principio del universo es el número.
Creía que todo el cosmos puede explicarse mediante relaciones numéricas y armónicas.
El alma es inmortal y se reencarna (doctrina de la metempsícosis).
Vivir éticamente era necesario para la purificación del alma.
Matemáticas:
Se le atribuye el famoso teorema de Pitágoras, aunque ya era conocido en Babilonia.
Descubrieron los números irracionales, lo que produjo una crisis dentro de su comunidad.
Religión y ciencia:
Su pensamiento combinaba matemáticas, ética, religión y cosmología.
Vieron en los números un orden divino, base de la armonía cósmica.
Legado:
Pitágoras fue fundamental en el desarrollo de la matemática griega y la concepción de un cosmos ordenado por leyes racionales.
