Filosofía Alejandrina o Neoplatonismo (siglos II – III d. C.)
La filosofía alejandrina se desarrolla entre los siglos III y V d. C., en un contexto en el que el mundo grecorromano entraba en crisis y el cristianismo comenzaba a expandirse. Su centro fue la ciudad de Alejandría, en Egipto, un importante núcleo cultural donde confluyeron ideas griegas, orientales, judías y cristianas. Esta corriente se conoce como neoplatonismo, ya que retoma y transforma el pensamiento de Platón en una clave más espiritual y mística.
El principal representante del neoplatonismo fue Plotino (c. 205 – 270 d. C.), quien enseñó en Roma pero cuya obra fue editada por su discípulo Porfirio bajo el título Enéadas. Para Plotino, toda la realidad emana de un principio supremo llamado El Uno, que es más allá del ser y del conocimiento. De Él fluyen el Intelecto, el Alma del Mundo y finalmente el mundo material. El objetivo del ser humano es regresar al Uno, lo que puede lograrse mediante la purificación del alma, la contemplación, la virtud y la filosofía.
El neoplatonismo tuvo una profunda influencia en los primeros pensadores cristianos, como San Agustín, y se convirtió en un puente entre el pensamiento griego y el cristianismo medieval. También se conectó con ideas orientales sobre la unidad del todo, el ascetismo y la iluminación interior.
Aunque a veces es visto como la “última fase” del pensamiento antiguo, el neoplatonismo es más que una síntesis: es una respuesta filosófica profunda a un mundo que buscaba sentido espiritual en medio del caos político y religioso de los últimos siglos del Imperio romano.
Región:
La ciudad de Alejandría, en Egipto, fue el principal centro cultural y filosófico. Bajo dominio helenístico, se convirtió en un crisol de culturas griega, egipcia, persa e incluso india y judía.
Período de tiempo:
La etapa alejandrina se sitúa aproximadamente entre el 323 a. C. (muerte de Alejandro Magno) y el 30 a. C. (inicio del dominio romano en Egipto).
Región:
La ciudad de Alejandría, en Egipto, fue el principal centro cultural y filosófico. Bajo dominio helenístico, se convirtió en un crisol de culturas griega, egipcia, persa e incluso india y judía.
Período de tiempo:
La etapa alejandrina se sitúa aproximadamente entre el 323 a. C. (muerte de Alejandro Magno) y el 30 a. C. (inicio del dominio romano en Egipto).
Aportes según áreas:
Filosofía: Desarrollo del neoplatonismo, que influyó profundamente en la teología cristiana y musulmana.
Religión: Fusión del pensamiento filosófico griego con religiones orientales y el judaísmo.
Ciencia: En Alejandría también florecieron las matemáticas, la astronomía y la medicina, aunque en el contexto del pensamiento filosófico espiritualista, fueron perdiendo impulso racional.
Ética: Búsqueda de la purificación del alma y la unión con lo divino a través del conocimiento y la introspección.
Plotino (205-270 d. C.)
Plotino fue un filósofo romano de origen egipcio, conocido por ser el fundador del Neoplatonismo. Nació en Licópolis, Egipto, y estudió bajo la tutela de Ammonio Saccas en Alejandría. A los 40 años se trasladó a Roma, donde enseñó filosofía y dejó una profunda influencia en el pensamiento occidental.
Su sistema filosófico se basa en la idea de que todo lo que existe proviene de una única fuente, el «Uno», una realidad trascendental que es el principio de todo ser. A través de una jerarquía de emanaciones, el «Uno» se manifiesta en el «Nous» (la inteligencia divina) y, finalmente, en el «Alma del mundo». El objetivo de la vida humana, según Plotino, es la purificación del alma y su retorno al «Uno» a través de la contemplación y la virtud.
La obra más importante de Plotino es la Enéadas, una serie de tratados compilados por su discípulo Porfirio, que recoge las enseñanzas del filósofo. Su pensamiento influyó en filósofos medievales y renacentistas, y su influencia perdura en el pensamiento filosófico y espiritual.
Filón de Alejandría (c. 20 a. C.–50 d. C.)
Filón de Alejandría fue un filósofo judío helenístico que vivió en la ciudad de Alejandría, Egipto, en una época de gran efervescencia cultural y religiosa. Filón es conocido por intentar armonizar la filosofía griega, especialmente el pensamiento de Platón y Aristóteles, con la tradición religiosa judía. Su obra más conocida es la de integrar el judaísmo con la filosofía helenística a través del método de interpretación alegórica de las escrituras hebreas.
Filón defendía que la verdadera sabiduría se encuentra en la filosofía y en la comprensión de Dios, y su visión de Dios era la de un ser trascendente e inalcanzable. Además, Filón promovió la idea de un Logos, un principio divino y racional que conecta el mundo físico con el mundo espiritual. Su influencia en el pensamiento cristiano primitivo fue considerable, especialmente en el desarrollo del concepto del Logos que posteriormente se reflejaría en las enseñanzas de San Juan.
Hipatia (c. 355–415 d. C.)
Hipatia fue una filósofa, matemática y astrónoma nacida en Alejandría, en lo que hoy es Egipto. Fue una de las figuras más destacadas de la escuela neoplatónica de Alejandría y se dedicó tanto a la enseñanza como a la investigación científica. Hipatia fue discípula de su padre, Teón de Alejandría, un matemático y astrónomo importante, y se convirtió en una figura central en la vida intelectual de Alejandría.
Entre sus logros, se destacan sus contribuciones en geometría y álgebra, y su trabajo en la mejora de instrumentos astronómicos, como el astrolabio y el planisferio. Hipatia fue también conocida por sus enseñanzas filosóficas basadas en el neoplatonismo y por su capacidad para combinar la filosofía con la ciencia.
Sin embargo, Hipatia vivió en una época de conflictos religiosos y políticos en Alejandría. Su defensa de la racionalidad y la ciencia la convirtió en una figura polémica, y en el año 415 d. C. fue asesinada por una turba cristiana, lo que marcó el fin de la escuela neoplatónica de Alejandría. Su muerte simboliza el declive del conocimiento clásico y el ascenso del cristianismo como fuerza dominante en el Imperio Romano.
Estas tres figuras representan momentos clave en la historia del pensamiento filosófico y científico, influyendo de manera duradera en la tradición intelectual occidental.